Fragmento: Arturo LEYTE
[...] En el mismo año en que Van Gogh pintaba La noche estrellada en Provenza, nacía en Alemania Martin Heidegger, que iba a ser el filósofo que tomaría prestada la visión (la pintura) de unos zapatos de Van Gogh con la intención de interpretar un acontecimiento singular fuera y más allá de ese flujo absoluto al que, por otra parte, también obedecía la pintura de Van Gogh. La obra de Heidegger que tiene en su horizonte a la de Van Gogh no dejará de ser en todo momento una articulación pensada de esa resistencia que permite ver las cosas a otra luz. Vamos a reconocer esa "otra luz" -que quizás tenga que ver más con la sombra, frente a la plena luz del inmanente tiempo absoluto- como la luz de la noche estrellada y, por ende, como la luz de la muerte.
De El arte, el terror y la muerte
Abada Editores (Madrid 2006)
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