OBOE SUMERGIDO: Salvatore QUASIMODO
Avara pena, tarda tu don
en esta hora mía
de suspiros abandonados.
Un gélido oboe vuelve a silabear
alegría de hojas perennes,
no mías, y olvida;
anoche en mí:
se escurre el agua
en mis manos herbosas.
Alas oscilan en bronco cielo,
perecederas: el corazón transmigra
y yo me siento yermo,
y escombros son los días.
De Oboe Sumergido
Poesía Completa (Traducción e introducción Antonio Colinas.
Ediciones Linteo 2004)
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