CORRESPONDENCIAS: Charles Baudelaire
La Naturaleza es un templo en donde vivos pilares
dejan de vez en cuando salir confusas palabras;
el hombre lo recorre a través de unos bosques de símbolos
que le observan con ojos familiares.
Como largos ecos que de lejos se confunden
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche y como la claridad,
los perfumes, los colores y los sonidos se responden.
Hay perfumes frescos como carnes de niños,
dulces como los oboes, verdes como los prados,
─ y de otros corrompidos, ricos y triunfantes,
teniendo la expansión de las cosas infinitas,
como el ámbar, el benjuí, el almizcle y el incienso,
que cantan los transportes del espíritu y de los sentidos.
De Spleen e Ideal. Traducción Enrique Parellada
Baudelaire Obra poética Completa.
Libros Rio Nuevo (Barcelona 1977)
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