Luna postrera. Vicente Aleixandre
La desdecida luna soñolienta.
La que no supe nunca como se llamaba.
Dijo María o Luisa. Reí. Tu nombre es luna.
Luna callada o luna de madera.
Pero luna. Y callóse.
Cómo no, si dormida,
es un pez, un blanco pez limpiado
de todas las memorias, de las espinas tristes,
de su merced doliente. Y duerme
como muerta, en un lago de penas,
pero de penas muy lloradas,
de lágrimas vertidas,
que no son ya dolor, sino agua sola,
agua a solas, sin luces,
como la misma luna muerta.
De Poemas de la consumación
(Plaza & Janés, Barcelona 1991)
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