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cuadernodenoche / lunas

EL PASO DEL PÁJARO DIVINO: André BRETON

 

 

  El mundo se estira como la corteza de un limón verde en

impecable hélice. Desde ella brilla el rizo de la que suplicó:

“¡Un minuto más, señor verdugo!” Y la turbadora gaita,

concebida en tiempos siempre atrasables para unirse a los

movimientos del corazón al que se aplica estrechamente

pase lo que pase, eleva con fuerza el sonido de su roncón

hacia el lucero. Donde se desata −de un raudal de cintas de

Riemann− la belleza, quien la aferra tiene ya un pie en el

pedal: “La parte material de la planta consiente totalmente

en ser comida”. Es con mucho gusto como la oruga que la

devora, aunque se muestre arrogante cual la de la dicranu-

ra vinula, se expone, en lo sutil del cambio, a ser presa del

pájaro. Ya nada de ello se muestra en la fragancia: “Un

pájaro, una mariposa nunca están tristes. Las mariposas

son de espíritu muy elevado; juegan con los niños; la mari-

posa lo sabe y se divierte con esto: se escapa siempre, inclu-

so cuando se la atrapa y se la mata”.

 

                                            París, octubre-diciembre 1958.

 

 

 

 

   

De Constelaciones (Universidad De Cádiz, Servicio de

Publicaciones, 2002)

 

 

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